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Anabel Lobriglio, la campeona de taekwondo feminista

Con la seguridad de que la idea del sexo débil debería ser suprimida, cuenta sobre la importancia de practicar un arte marcial siendo mujer.

Lo dice maquiavélicamente, como para tenerle un respeto que provendría del miedo. “Somos una amenaza. Una cosa seria”. Y lo dice sin que todavía sepamos que esta chica es campeona de taekwondo, y que una vez noqueó a un chorro que trató de afanarle en plena calle.

La idea del sexo débil es una simplificación que deberíamos suprimir, pide Anabel Lobriglio, de ella se trata. Después nos hará entender que el motor de la historia no es sólo la lucha de clases, y que ser maravillosa como mujer no implica tener la cinturita avispona de Linda Carter.

¡¡No te metas con Linda Carter, que fue mi primer poster!! No se lo gritás ni se lo decís. Sólo lo pensás en voz baja. Por las dudas, vio: Anabel es dueña de un feminismo heterodoxo y tira sobre la mesa un ideario complementario, medio posmoderno de la imagen femenina.

Anabel no quiere un cuerpo perfecto para que el jean calce ídem. Va más allá de la estúpida apariencia. En clave beligerante, superando las expectativas de Simone de Beauvoir, cuenta su particular mirada sobre aquello de que mujer se hace y no se nace.

La mujer es el laboratorio del ser humano. Todo se cocina adentro nuestro. No se puede desatender el mandato de la naturaleza, es hora de aprender que ya no habrá mujeres sumisas. Yendo a lo chiquito de mi vida cotidiana: la mujer casi no ocupaba espacios en las artes marciales y yo fui campeona mundial. Pensemos ahora en el boxeo: el boxeo femenino es la definición más acabada de que ya no hay diferencia entre el hombre y la mujer (…) Una mujer que hace taekwondo resuelve un robo con la tranquilidad de espíritu que da este deporte, y con la fuerza y la destreza necesarias como para llevar adelante una situación espantosa”.

¿Me estás vendiendo el taekwondo o estás haciéndole campaña a Ivo Cutzarida?
Jajajja, yo soy bastante Iva Cutzarida. Este deporte te obliga a resolver de forma instantánea. Hay que ir sin vueltas. Lo que te digo es que mi arte marcial adquiere una importancia nueva y relevante para la mujer. Enseña perseverancia, que es otra gran virtud. No es fácil perseverar en estas sociedades globales y machistas, y nosotras somos un producto casi exclusivo de la perseverancia.

¿El hombre golpeador es un tipo que, acorralado por esa idea de igualdad entre hombre y mujer, no encuentra la manera adecuada y recurre a la violencia?
Hay todo un tema con la autoestima masculina. La mujer avanzó tanto que el hombre se siente por debajo y transforma eso en una amenaza, cuando en realidad debería entender lo que es ir a la par. Entonces, la impotencia masculina es preocupante y puede ser peligrosa, sí… Yo te hablaba de todo eso: si una mujer hace taekwondo resuelve mucho más que un robo y además se está haciendo un deporte que tiene movimientos estéticos, femeninos y capaces de solucionar las típicas obsesiones vinculadas al cuidado de la figura.

En realidad me estás operando con el taekwondo y no termino de darme cuenta…
Estás teniendo una mirada acotada sobre el tema. Yo soy campeona y si Dios quiere voy a estar representando a la Argentina en Italia, pero…

¿Y por qué Dios se opondría?
Porque lo mío es un deporte amateur y el amateurismo argentino es básicamente una mezcla de ingenio y amor (…) Las artes marciales te enseñan un eje y te dan una actitud física necesaria para la vida que llevamos. El taekwondo debería ser la base de cualquier mujer nueva. Hoy por hoy nos enfrentamos a muchas situaciones y si vamos ganando terreno, y somos cada vez más independientes, debemos aprender a resolver distintas situaciones. Mirá qué fácil: no trabajábamos, trabajamos; no manejábamos, manejamos; no jugábamos al fútbol, jugamos al fútbol. Lo físico también se empieza a igualar y delante de una mujer que avanza puede aparecer la impotencia del hombre violento. La mujer creció en temperamento, y en instalación social, pero todavía no está apta físicamente.

Los deportes están raros, ¿no?: el crossfit es como si fuera la nostalgia del servicio militar obligatorio. ¿Me equivoco?
El crossfit es pragmatismo puro: hay poco tiempo, hay que hacer una actividad física porque todo el mundo dice que es saludable, y el crossfit te arruina en 40 minutos.

¿Qué pensás de que un detergente se llame Mr. Músculo?
Mmm, creo que viene por el mismo lado de la publicidad de Rexona que te muestra a tres pibas tirando patadas.

¿Patadas?
¿Viste el aviso? Y no cualquier patada: patadas de taekwondo.

Anabel Lobriglio

Fuente: Clarín