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Boxeo

¡Adiós calorías! Boxeo femenino: empieza el año esquivando golpes

Rocky, para mí es una historia de superación, que me enseñó a levantarme tras caer.

Estos días he compartido muchas charlas con mi padre y hemos estado recordando de donde viene mi afición por el boxeo. Y, es que él es fiel seguidor de la saga ‘Rocky’ y, como no, yo también. Mi afición por el boxeo comenzó desde muy niña, me he tragado varias veces todas las pelis, especialmente la primera que es mi favorita. Para mí es una historia de superación, que me enseñó a levantarme tras caer, a no rendirme nunca, a querer hacer realidad mi sueños y a «luchar por ellos». Escribiendo esto no puedo parar de tararear esa banda sonora que casi todos conocemos y que en algún momento nos ha motivado en algo. Míticas escenas: esa subida de escalera…, el momento boxeando en la nevera golpeando un trozo de carne… En fin, soy muy fan de Rocky, ¡no lo puedo evitar! jaja.

Pero a lo que vamos. Quiero hablaros del boxeo femenino, porque cada día somos más las que nos atrevemos con esta disciplina. Empecé a boxear hace 4 años de la mano de mi gran amigo y entrenador personal, César Esquivel.

Fueron él y Carmen, ex boxeadora profesional y entrenadora de mi antiguo gimnasio, quienes me motivaron. Tenía miedo de recibir algún golpe y aparecer con el ojo morado al día siguiente en un rodaje (os podéis imaginar la cara del director… ¡Uf! ni me lo quería plantear). Relacionaba el boxeo con combates pero además de eso, es posible seguir sus pautas de entrenamientos sin necesidad de subirse a un ring, (aunque en algún momento me animé a dar algunos golpes y patadas de Kick Boxing con Carmen) :-p.

El boxeo no es sólo dar golpes, además es ideal para bajar de peso, porque combina el ejercicio aeróbico con movimientos que desarrollan fuerza y resistencia. ¡Os pondrá un cuerpo 10 en sólo unos meses! Fijaros en la mayoría de boxeadores, sus cuerpos son atléticos y tonificados, perfecto para nosotras. Se trabaja todo el cuerpo. Tonificas brazos y espalda en los golpes y en los desplazamientos las piernas, que se ven rápidamente moldeadas.

El boxeo requiere un juego de cintura constante que ayudará en cuestión de meses a afinar y conseguir una bonita cintura de avispa. Sus beneficios son muchos, físicos y psicológicos. Aprendes autodefensa que aunque a simple vista puede parecer una tontería, te da la tranquilidad de saber que en cualquier momento puedes estar preparada para defenderte. Te enseña a esquivar y resistir golpes, bloquear a tus adversarios y a saber «golpear» de una manera limpia y eficaz.

El factor psicólogo en el boxeo es importante:

Te da seguridad en ti misma y eso hace crecer tu autoestima (Todos tenemos inseguridades y complejos y, aunque la técnica perfecta del boxeo no es fácil, los movimientos son bastante sencillos. Todo el mundo lo puede practicar y a medida que vayas avanzando y veas que eres capaz de hacer mucho más de lo que imaginabas, la satisfacción irá creciendo).

Te prepara a no bajar la guardia en todos los aspectos (Saber esquivar no sólo golpes físicos sino también psicológicos, muy importante en nuestro día a día).

Liberas tensión y adrenalina (Si tienes problemas en el trabajo, te has peleado con alguien, tu pareja o una amiga, estas sensible emocionalmente…). El saco puede ser tu mejor aliado para descargar todo ese estrés y tensión acumulada.

¿Por qué no empezar el año esquivando golpes? ¿le damos una oportunidad al boxeo?

En la mayoría de gimnasios existen clases adaptadas al boxeo, como modo de entrenamiento. También podéis buscar algún centro especializado. Lo que sí es importante, ya que es un deporte de contacto y puede existir el riesgo de llevarse algún golpe es, la supervisión de un entrenador. Y, tener unas pautas de seguridad claras:

– Trabajar la técnica frente al espejo antes de empezar.

– Imprescindible una buena protección: Vendas, guantes, y, en caso de contacto con una pareja, casco y bucal.

– No olvidar que por encima de todo resultado, lo más importante es la diversión, en este y en todos los deportes. Además si reímos somos menos conscientes del esfuerzo.