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Alicia Castro prepara una campaña antibritánica en los Juegos Olímpicos

Busca instalar el reclamo por Malvinas y la idea de una Gran Bretaña colonialista. Prevé distribuir volantes en los estadios, pautar propaganda y que los deportistas porten consignas.

Durante las dos últimas semanas, la flamante embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, se la pasó estudiando el tamaño de las grietas de las relaciones bilaterales entre ambos países. Los especialistas la pusieron al tanto del complejo escenario y quedaron satisfechos por la soltura de la ex azafata. La funcionaria tiene clara la misión y sabe que los Juegos Olímpicos que se llevarán a cabo este año en Inglaterra son parte de ésta.

El plan es “sembrar el reclamo de Malvinas” dentro de aquella fiesta deportiva y aprovechar la cobertura periodística global de todo el evento. Cómo se llevará a cabo la ejecución de la estrategia, es aún un secreto que pocos conocen. Algunos funcionarios de la Cancillería se arriesgaron a decir que los movimientos que podría llegar a hacer la embajadora son tan “intrigantes y espontaneos” que resultaría difícil adelantar “la peligrosidad de los resultados” en términos diplomáticos.

Las medidas que se tomen en Londres para hacer valer el reclamo de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas en medio de los Juegos Olímpicos irían desde una simple “volanteada” en las inmediaciones de los estadios en los que se lleven a cabo las competencias, hasta las sorpresivas “remeras con inscripciones alusivas” por debajo del uniforme oficial del deportista. También se evalúa pautar avisos en los medios para transmitir la posición argentina.

Nadie quiere hablar del tema, “y es lógico” agrega una fuente. Como en la guerra, esta jugada se basa en el factor sorpresa y la clave de la sorpresa es el secreto.

“Desplegar una muestra fotográfica para conmemorar el trigésimo aniversario de la Guerra de Malvinas en la embajada con la puerta abierta para los turistas es una de las ideas que tiene Alicia. Tenga en cuenta que este año en Londres va a haber un gran caudal turístico de todo el mundo”, confió a PERFIL un diplomático.

La designación de Castro al frente de la Embajada argentina ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte quedó formalizada ayer cuando se publicó en el Boletín Oficial el decreto 212 firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Canciller Héctor Timerman. El cargo en Londres permanecía vacante desde 2008, cuando el último representante diplomático Federico Mirré se jubiló y no fue reemplazado por el Gobierno, como un gesto de malestar con Inglaterra por la disputa por la soberanía Argentina sobre las islas Malvinas.

Cuando el pasado 26 de enero fue elegida para hacerse cargo de la sede diplomática, el vicepresidente Amado Boudou fue uno de los primeros en salir a respaldar el nuevo destino de la ex embajadora ante Venezuela: “La Presidenta estima que va a hacer un gran trabajo, así como lo llevó a cabo también en Venezuela”.

La designación de Castro en Caracas no había sido una decisión antojadiza del entonces presidente Néstor Kirchner. La presencia de Alicia había sido solicitada por el propio Hugo Chávez en abril de 2006.

A sus citas en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores llegaba antes del mediodía, después de caminar los no más de 500 metros que separan aquel lugar con el lujoso edificio Kavanagh, donde la funcionaria tiene dos departamentos.

Castro ríe y vuelve a reír. Las ideas que hay sobre el plan la seducen. Dos claves: la presentación del equipo olímpico nacional durante el acto de apertura de los juegos y el brillante y transgresor ingenio de La Cámpora.

La llegada de Castro al Reino Unido no es casual; es parte de una estrategia que había sido adelantada por PERFIL en la edición del pasado 4 de diciembre. El Operativo Malvinizar ya estaba puesto en marcha. “Pero tal vez la principal campaña va a estar puesta en el marco de los Juegos Olímpicos que arrancarán en Londres entre el 27 de julio y el 12 de agosto del 2012”, había anticipado este diario.

La elección de Castro “tiene que ver con poder plantear con toda claridad la posición argentina y la necesidad de que se discuta la recuperación efectiva de la soberanía sobre las islas Malvinas”, dijo Boudou hace dos semanas cuando respaldó la nueva designación.