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El arte en los cascos, una forma original de crear conciencia vial

Los integrantes de la Fundación Pro Moto sienten que le encontraron la vuelta: decidieron hacer un llamado a la responsabilidad a través del arte. ¿De qué manera?, con una muestra itinerante de 24 cascos de moto intervenidos por artistas plásticos, que busca generar conciencia vial y que en pocos días llegará a Buenos Aires.

La Fundación, con sede en Beccar, realiza campañas de educación para el uso responsable de la moto y de la importancia del casco para salvar la vida. También lleva su mensaje al interior del país, como Salta, donde hay una gran cantidad de accidentes relacionadas con el motociclismo.

María Ferreccio, coordinadora general de Programas de Pro Moto, contó a LA NACION que una de las búsquedas más difíciles de la fundación es encontrar formas efectivas de llegar a la sociedad. «El arte es un gran vehículo para educar», dijo.

Para el Circuito de Cascos Intervenidos se les entregó a todos los artistas (entre ellos Milo Lockett, Pedro Cuevas, Rocío Coppola y Fabiana Barreda) cascos iguales, blancos. La consigna era intervenirlo con la campaña en mente, y el resultado es tan variado como atractivo: imágenes llenas de vida o figuras que recuerdan la presencia de la muerte. Algunas apelan al misticismo religioso, como el de Daniel Duahu, «La Virgen del Casco» o el de Pedro Cuevas, «Dios Casco Todopoderoso». Otro tiene una calavera en su interior y se llama «Tarde»; es de Claudio Roncoli. El italoargentino Eduardo Pla es uno de los artistas convocados para la intervención. Su obra se llama «Círculos planetarios», y muestra planetas de colores sobre una fondo negro.

Pla explicó que quiso hacer un casco que fuera usable y que remitiera a la vida. «La gente a veces no tiene conciencia de lo valiosa que es la vida, usar casco es tener ganas de vivir», dijo. Aceptó con gusto la invitación a participar, «para ayudar a que haya menos muertes».

María Silvia Corcuera, artista que intervino el casco «De a 2», tomó la idea de una historia que vio de cerca: «Estaba saliendo de votar el año pasado, y al lado mío un chico que iba en una moto se cayó. Se salvó y los primero que hizo fue pedir que alguien llamara su mujer para poder avisarle cómo estaba», contó.

La obra de Corcuera es doble: dos cascos que representan lo masculino y lo femenino. «La conciencia tiene que ser del grupo, no sólo de los individuos, porque todos los que conducen una moto tienen familiares que los están esperando en casa», dijo

La muestra estuvo ya en Punta del Este, visitará Villa Gesell y llegará luego a Buenos Aires para participar de BAFWeek, desde el 28 hasta el 2 de marzo en La Rural.