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Actualidad

La actualidad del tenis femenino

Argentina cierra un año sin top 100 por 1ª vez. Daniel Fidalgo analiza y es optimista

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Mezclar y barajar de nuevo. No queda otra. Este año, 2012, dejará marcado un precedente inaudito para el tenis femenino de la Argentina. Por primera vez en la historia, desde la creación del ranking de la WTA en 1975, no tendrá una jugadora en el Top 100 al finalizar el año. De la aparición de la santafesina Raquel Giscafré hace 37 años a la despedida de Gisela Dulko, quien en marzo dejó su lugar entre las cien mejores y hace unas semanas se retiró, hubo errores y pasos en falso. No es tiempo de lamentos, sino de corregir las falencias, mirar hacia delante y cruzar los dedos para que los resultados cambien con una prometedora camada de jóvenes jugadoras.

Acostumbrados a las grandes victorias de Gabriela Sabatini, quien fue Top 10 de 1986 a 1995, y a la consistencia de los últimos años de Paola Suárez y la propia Dulko, el tenis femenino de la Argentina quedó dormido en las mieles del éxito. Distintas cuestiones, sumada a la terrible explosión del tenis masculino con la «Legión», lo fue empujando hacia atrás casi sin quererlo. No apareció ninguna tocada con la varita mágica y no logró el recambio generacional a tiempo. Sin embargo hay luz de esperanza. Paula Ormaechea, con 20 años recién cumplidos y 142° en la WTA -N°1 de Argentina-, comandó un equipo con Florencia Molinero (207° y 24 años), María Irigoyen (209° y 25 años) y Mailen Auroux (247° y 24 años) hacia el Grupo Mundial II de la Copa Federación, en la que recibirán en febrero de 2013 a Suecia.

«Estas chicas ganaron la medalla de oro en los Juegos Panamericanos (Molinero e Irigoyen, en dobles) y ahora irán por el Grupo Mundial de la Fed Cup. No fue una generación perdida, no hay que hablar de eso. Hay que apoyarlas y ellas tienen que sentir que se las banca», resalta a ESPNtenis.com Daniel Fidalgo, quien fue capitán del equipo femenino en Guadalajara 2011. «Ya hicieron cosas importantes y tienen aún mucho potencial. Ellas no desertaron, se la bancaron y son el espejo de la generación que se viene, que promete mucho. Son las encargadas de marcar un pequeño rumbo. Cuando jugaban ellas había 20 y ahora son 40; hay más chances de que aparezcan jugadoras», explica quien fuera el primer entrenador de Sabatini.

Y ese crecimiento de cantidad de tenistas sin dudas se apoya en la competencia que se está llevando dentro del país. En 2012 se mantuvo la buena cuantía de Womens Circuit de 2011 -muy superior a 2010-, un gran plus que, sumado al resto de los torneos en la Región, hace que los traslados y costos sean menores. En Argentina se llevaron a cabo nueve certámenes de ese rango este año (dos de $25.000 y siete de $10.000), aunque, en el ítem deuda, sólo dos fueron ganado por locales: Vanesa Furlanetto (25 años) y Catalina Pella (de 19 años y hermana de Guido, flamante Top 100 de la ATP). Y hubo más, porque en noviembre, en River, se jugó el Masters femenino AAT III con un cuadro de 63 jugadoras, 58 de ellas argentinas.

«Fue un año intenso para muchas chicas, con mucha competencia. El cierre de la temporada, con el Masters, fue muy bueno. La decisión de llevarlo a cabo en esa semana, en la que muchas chicas no tenían torneos en el calendario, fue ideal. Hizo que muchas se quedaran acá y que sean parte del certamen», resaltó Fidalgo. «Pronto vamos a tener de nuevo chicas ahí metidas. Se están haciendo muy bien las cosas, desde una nueva diagramación del calendario desde la COSAT (Confederación Sudamericana de Tenis), que le va a permitir a muchas chicas sacar sus primeros puntos y empezar a insertarse en el circuito, que quizás es de lo más difícil en los pasos iniciales», marcó Palito, muy optimista.

En esa semana de acción en Núñez, en noviembre, y por su constante cercanía con el tenis femenino, Fidalgo es palabra autorizada para hablar de jóvenes con proyección y tampoco le esquivó al tema. «Cati Pella va a pegar el salto en cualquier momento, pero hay muchas chicas con futuro. Victoria Bossio, Guadalupe Pérez Rojas, Nadia Podoroska y Julieta Estable, que es un poco más chica, para darte algunos nombres. Además hay muy buenos entrenadores en la rama femenina en este momento, como Sebastián Distéfano, Federico Murray, Javier Degreef, Carlos Rampello y Francisco «Pancho» Mastelli», explicó, repartiendo elogios.

Pero no todo es color de rosa en este tema, claro. Si bien siempre se intenta construir y no derribar, no se puede dejar de pensar en qué cosas fallaron en estos años para llegar a este presente sin Top 100 en la WTA. Las frases hechas a veces ayudan para mantener la cabeza presente en estas cuestiones. Entonces, máximas como «no tropezar con la misma piedra» o «de los errores se aprende» quizá sirvan para mantener todos los sentidos en alerta. Y Fidalgo lo tiene bien en claro, con un mix de experiencia y optimismo.

«Fueron años en los que se dejó de apoyar a la rama de mujeres. Muchos entrenadores habían dejado de lado al tenis femenino, lo cual para mí fue un error porque es mucho más difícil meter a un hombre entre los mejores porque hay mucha más competencia. Ahora hay una camada de jóvenes muy capaces, que están haciendo muy bien su trabajo», analiza Palito, dejando en claro que uno de los errores, tal vez el más evidente y que más huella dejó, partió desde las bases. Sin cantidades de coaches dispuestos para la tarea, imposible formar un buen número de jugadoras. La fórmula era clara.

Pero hubo más, claro, y un espejo para ver los errores puede ser Europa, cuna de las últimas grandes apariciones en la rama femenina. «Hay muchas diferencias entre los continentes. Ellas, por decirlo de alguna manera, tienen un comienzo de carrera más sencillo. Juegan cerca de sus casas, terminan su participación en el torneo y vuelven enseguida, sin hacer grandes gastos, sin cambiar el clima ni de horario. Esas cosas pasan a ser clave», destaca Fidalgo, quien retruca rápidamente para aclarar, como se mencionó anteriormente, que en este momento hay mayor competencia en América, con un calendario latinoamericano reformado y con muchas semanas de acción.

Entonces, entre los sabidos errores por corregir -varios ya en marcha- y el intento de resurgimiento del tenis femenino en Latinoamérica, dado que el mal es de toda la zona ya que la puertorriqueña Mónica Puig (133°) es la número uno de la Región, parece haber una salida. Bogotá cuenta con su torneo de WTA desde 1998 y para febrero de 2013 se agrega Florianópolis al calendario, por lo que serán cuatro los torneos por estos pagos si se les suma Monterrey y Acapulco, que, lamentablemente, será en la misma semana que el debutante certamen brasileño. Mientras tanto, la máquina no se detiene. «El próximo año seguiremos con los cursos de capacitación para entrenadores. Sin dudas, pronto vamos a tener jugadoras en el Top 100», finaliza, esperanzado, Fidalgo. La fe mueve montañas, dice otra frase hecha. Ojalá que así sea.

Fuente: Espn Deportes