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Salud

Lesiones deportivas: Ligamento anterior cruzado de la rodilla

El ligamento cruzado anterior es uno de los ligamentos internos de la rodilla que provee estabilidad a la articulación del deportista. Se encuentra pegado al hueso superior (el fémur), y se extiende hasta el hueso inferior de la articulación (la tibia) en forma de una banda ancha. Su función es evitar el deslizamiento anterior del hueso de la tibia. Es uno de los ligamentos que más se lesiona entre todos los deportes, y se reporta hasta 9 veces más en la mujer que en el varón.

¿Cómo es que ocurren las lesiones del cruzado anterior?

Puede ocurrir con o sin contacto. Entre los mecanismos más comunes está aquel en el cual la rodilla recibe una fuerza por el lado (lesión en valgus) mientras se encuentra en una posición “mirando” hacia afuera (rotación externa) y con el pie fijo en el suelo. Otros mecanismos incluyen la deceleración repentina, aterrizaje después de un salto y “cortar” repentinamente frente a otro jugador. Es más común en los deportes de balompié, futbol americano, baloncesto y esquí en nieve. La lesión puede ocurrir sola, pero frecuentemente ocurre en conjunto con una lesión de menisco medial, uno de los cartílagos amortiguadores de la rodilla.

¿Por qué es más frecuente en la mujer?

Se han implicado desde factores biomecánicos hasta factores hormonales en la mujer atleta, buscando una explicación a esta diferencia. Se sospecha que algunas de las características físicas de la mujer como lo son la pelvis ancha, las rodillas más pegadas entre sí (desviación en valgus) y la presencia de los pies planos pueden todos contribuir a un alineamiento inadecuado de las piernas y predisponer a esta lesión. También se ha descrito un control muscular menos efectivo en la estabilización de la rodilla al compararse con el varón. Aunque no hay evidencia definitiva que pruebe que los cambios hormonales contribuyen directamente, sí se ha descrito un mayor número de lesiones del cruzado anterior en la mujer durante su periodo de ovulación.

¿Cómo se trata?

El tratamiento inmediato consiste en descanso, frío, compresión (puede ser mediante vendaje elástico) y elevación, con el propósito de controlar la etapa de inflamación. La rodilla debe ser protegida mediante el uso de un inmovilizador y muletas. Se comienza un programa de rehabilitación temprana con la meta de evitar la pérdida de masa muscular o atrofia. El fortalecimiento de los músculos de la rodilla es esencial, muy en especial el que se encuentra en la parte posterior del muslo (el “hamstring” o isquitibial), pues es clave en la sustitución de la función del ligamento cruzado. En cuanto a cirugía para reconstruir el ligamento, es una decisión hecha entre el paciente y el cirujano y usualmente se basa en gran medida en el nivel de actividad física y las necesidades de movimiento en el deporte del paciente. Una abrazadera específica para esta lesión podría concientizar al atleta a evitar los movimientos bruscos, pero estudios indican que no hay garantía de que proteja de una lesión nueva. De no tratarse adecuadamente, esta lesión puede predisponer a cambios de osteoartritis en el futuro.