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Morena Ventura necesita juntar $150.000 para representar a la Argentina en el Panamericano Juvenil de Escalada

Escribe Natalia Rivarola

Con su flequillo por encima de los ojos y una tímida sonrisa, habla con mucha tranquilidad y dulzura. Pero cuando se calza las pedulas y la magnesiera se transforma: comienza a escalar muros y techos con una facilidad asombrosa. Se cuelga, se estira con gran elongación y hasta se da el lujo de girar parte del cuerpo para las fotos sin ningún problema.

Ella es Morena Ventura, que con sus 11 años y sus 1,31 metros de altura trepa las paredes del Gimnasio Oxígeno de Flores (CABA) como si hubiera nacido para ello. Acaba de clasificar para el torneo Panamericano Juvenil de Escalada y necesita la ayuda de todos para poder viajar a Ecuador a cumplir su sueño.

“Empecé a los seis años porque no hacía ningún deporte, nada me gustaba. Y de repente aparece debajo de la puerta de mi casa un volante que decía Oxigeno Escalada Infantil, entonces mi mamá dijo de probar. Los primeros días no me gustaba tanto, pero después me fui acomodando al lugar, fui avanzando, pasando de niveles y empecé a entrenar con los chicos grandes”, cuenta la “pequeña guerrera”, como le dice su entrenadora Julia Di Benedetto desde que se inició en este deporte. “Hacemos preparación física, ejercicios de piernas y brazos y después eso lo adaptamos en el muro. Hacemos técnicas que te podés encontrar en las competencias, entonces cuando tengo que ir a una ya lo sé hacer”, continúa la joven vecina de Culpina y Zuviría, que entrena prácticamente toda la semana unas cuatro horas por día, los sábados aún más y a veces en otros lugares los domingos. Todo eso siempre combinándolo con sus deberes del Instituto Elisa Harilaos: “No me cuesta tanto el colegio. Trato de hacer toda la tarea rápido porque tengo muchas ganas de venir a escalar”.

Debido a su corta edad, recién a fines del año pasado comenzó a competir en torneos: “La verdad que me gusta mucho porque son cosas nuevas, vas a lugares distintos, te encontrás con muchas emociones en el medio, felicidades, tristezas… Está muy buena la sensación de ir, escalar y conocer un montón de gente re linda, porque es un deporte que compartís muchísimo”, cuenta al periódico Flores de Papel, para luego detallar que “una tristeza sería si no quedas en podio o no hiciste tantas vías como esperabas, te pones mal por dentro porque hay cosas que no alcanzaste a hacer”. Una “vía” es un camino a través del cual un escalador llega a la cima. “Ellos te ponen las tomas que vos tenes que agarrar y pisar”, explica sobre este deporte que no es tan conocido pero que desde los próximos Juegos de Tokio 2020, pasará a ser olímpico.

Y tantas horas de dedicación y sobre todo disfrute ya rindieron sus frutos: en el último Regional de Buenos Aires de CAED (Campeonato Argentinos de Escalada Deportiva) que se realizó en Golem en septiembre pasado quedó en el primer puesto, lo que le valió la clasificación al próximo torneo Panamericano Juvenil de Escalada que se disputará en noviembre de este año en Ibarra, Ecuador. “No tengo mucha idea de qué se trata porque fue algo repentino. Pero es como un muro donde vas a divertirte, a escalar, a competir, a hacer amigos y a pasarla bien”, dice More.

Hay tres disciplinas: “Una que es velocidad, que te ponen tomas en un muro y el que llega más rápido arriba gana; otra de boulder, que es como las vías, que te ponen pies y manos y solo podes agarrar o pisar lo que ellos te dicen; y después dificultad, que es lo mismo solo que abajo no hay colchón pero estás cuidado por gente con una cuerda y muchos más metros de altura”. Julia, que cuenta que Morena llegó a escalar hasta 20 metros, explica que competirá en las tres pruebas: “Si bien acá no tenemos muro de velocidad, seguramente desde la Federación me van a dar el pase para que pueda entrenar. Nunca practicó velocidad, pero eso pasó con todos los competidores de argentina porque lo trajeron recién ahora. Es una experiencia nuevísima”.

Sin embargo no todas son buenas noticias. A pesar de que representará a la Argentina, no recibe ninguna ayuda económica por parte del Estado. “Solo los deportistas más grandes tienen un subsidio del Enard. Antes el Gobierno ponía el 1% de lo que era de celulares para el deporte, y el año pasado lo sacaron así que menos”, explica la entrenadora, a la vez que relata que cuando la llamaron para informarle la noticia “fue un golpe de alegría, pero después caímos en la realidad económica que estamos viviendo todos. Como lloramos de felicidad también se nos caían las lágrimas diciendo ‘no se puede’”. Pero la ilusión es más grande, por lo que comenzaron a organizarse para recaudar la plata necesaria: “Nos preguntamos con su familia cómo podíamos hacer para que vaya porque tiene un gran futuro. Tiene todas las técnicas de adulto incorporadas en su cuerpo – cuenta Julia-. Ahora se nos hace muy difícil porque es en un mes y cuando ves los pasajes salen el doble, no es lo mismo que sacar medio año antes. La familia aporta incondicionalmente pero todo tiene un límite. Además, al ser menor tiene que viajar acompañada”. Según los cálculos, necesitan juntar $150.000 para poder costear el viaje, que tiene fecha de partida el 5 de noviembre y de vuelta el 16 o 17 del mismo mes. “La competencia empieza el 9 pero hay que estar antes para charlas y para aclimatarse al lugar que es altura”.

Para lograrlo realizarán rifas – en el Gimnasio Oxígeno (Varela 912) hay una caja para comprarlas-, actividades en el muro, un curso de RCP y reciben donaciones de quienes quieran colaborar en la cuenta bancaria número 510433/5 (CBU: 01401185 03403151043356), del Banco Provincia, a nombre de su mamá Marcela Isabel Castro.

Durante la entrevista Marcela se emociona. “Tiene el apoyo de su familia completo. Somos cuatro y ahora apostamos a ella porque es lo que le gusta. Lo primero es divertirse, la parte de la presión no quisiéramos que la tenga jamás, pero son competencias y tiene que pasar. Lo importante es que Morena se apasionó por la escalada”, cuenta orgullosa. “Siempre voy con la idea de divertirme pero cuando estoy ahí me agarra ese miedo de caerme, que pase algo, que no quede en podio y esas cosas. Pero después me acuerdo que estoy ahí porque me gusta y es lo que me hace feliz”, cierra la pequeña de Buenos Aires que tras años de constancia hoy necesita de la ayuda de todos para cumplir su sueño y traer una alegría al país.

Fuente consultada: Flores de Papel