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Petkovic, la polifacética reina del tenis

Famosa por bailar, oficia de paparazzi, habla cuatro idiomas y quiere ser Primer Ministro. Es la 11 del mundo, pero fuera de las canchas no hay quien le gane.

Rompió con esa típica ceremonia en la que el ganador aplaude al público, ella baila el “Petko Dance” e igual la ovacionan. 15-0 para Petkovic. Tiene un alter ego, Petkorazzi, una especie de reportera de dudosa reputación que muestra el detrás de escena del tenis; sus videos son furor en YouTube. 30-0 para Petkovic. Escribe una columna para el diario alemán Frankfurter Allgemaine Zeitung sobre su vida como tenista. 40-0 para Petkovic. Es la número 11 del mundo, pero es sólo un detalle. Lectora empedernida, rompe el molde del deportista promedio y fantasea, al tiempo que estudia Ciencia Política, con formar un partido político o convertirse en primer ministro de Alemania. Game para Andrea Petkovic.

Nació hace 24 años en lo que fue Yugoslavia, pero cuando cumplió los cinco su familia se mudó a Alemania. Zoran, su padre, también fue tenista: jugó la Copa Davis y fue quien le inculcó a Andrea el amor por el deporte. La entrenó desde muy chica, pero el miedo a que su pequeña se juegue la vida en los courts sin buenos resultados hizo que ella se dedicara primero a terminar la escuela y luego atara su futuro a una promesa: “Dame dos años, y si no estoy entre las 50 mejores, estudio”, le dijo. El trámite fue un poco más largo: una lesión de rodilla le impidió cumplir los plazos establecidos. Nada la detuvo, pidió una prórroga de doce meses y alcanzó el puesto 49. Tarea cumplida.

Hoy, la morocha de derecha hábil y un metro ochenta de simple belleza es la dueña del puesto número 11 del ranking de la WTA y está a punto de cerrar un año de grandes resultados en su carrera -se coronó en Estrasburgo y llegó a los cuartos de final del Abierto de Australia, Roland Garros y el US Open-. “Siempre supe que jugaría contra las mejores del mundo”, repasa cuando le preguntan sobre sus inicios. En la temporada actual, ya cosechó victorias frente a jugadoras de la talla de Caroline Wozniacki, Venus Williams y María Sharapova. “Soy una jugadora agresiva a la que le gusta ir a por la pelota, asumir riesgos”, se definió en una entrevista con el diario español Marca. Los riesgos también los corre fuera de la cancha, en un medio que suele ser solemne, con baile, música, desparpajo y mucha simpatía. Primer set para Andrea Petkovic.

Al ritmo de Petkovic. Primera ronda del US Open 2010: Andrea debuta en el Grand Slam neoyorkino con una victoria sobre la rusa Nadia Petrova. Luego de darle la mano al rival y al juez, se para en medio de la cancha y con una inmensa sonrisa ensaya unos pasos de baile. El Petko Dance, que se repite en cada triunfo, se convirtió desde ese día en uno de los festejos más celebrados en el tenis. “Comenzó como una apuesta con mi entrenador. Soy muy supersticiosa y desde que lo hago juego mejor”, confió. Con el tiempo, amplió su repertorio de pasos: ya probó con el famoso Moonwalk de Michael Jackson y, para el deleite completo de la platea, le hizo mover el cuerpo a la serbia Ana Ivanovic luego de un partido de dobles en el ATP de Miami.

El “Petko Dance” no es el único video de la alemana que dio vueltas al mundo: por medio de su canal de YouTube Andrea se divierte con Petkorazzi, su otro yo, una paparazzi que abre las puertas a la intimidad del tenis con entrevistas a colegas, reportes en primer plano en donde habla de la vida del tenista o imágenes de las fiestas de la ATP y la WTA. Como bonus track, rapea, canta y muestra toda su creatividad frente a las cámaras. De hecho, en su blog oficial se sincera: “Si tuviera la oportunidad, definitivamente cambiaría mi carrera de tenista para ser una estrella de rock”. Acto seguido, invita a escuchar una canción que ella misma escribió con el músico Phil Fill y que entona sin ningún tupé. Como conoce de sus limitaciones, aclara: “Escuchen y sean felices porque elegí las raquetas en lugar de los micrónofos”. Hay más: adora la música, dice que es el motor de su vida y sabe tocar la guitarra y la batería. Segundo set para Andrea Petkovic.

Política, idiomas y un futuro no definido. “Sueño con tener en algún momento un sello discográfico que ofrezca a los jóvenes artistas la posibilidad de vivir de la música”, cuenta Andrea. No es la única idea que tiene para cuando se despida del deporte profesional. Lectora voraz de escritores como Oscar Wilde, Goethe y Dostoievski, desde chica se interesó por la historia. La devastación de Yugoslavia, su país de origen, y el interés por el sistema alemán, con sus pro y sus contras, la llevaron a estudiar a distancia Ciencia Política en la Universidad de Hagen, a confiar que los jóvenes de hoy son los que “moverán el mundo” y a asumir el compromiso. “Cómo la vida no es sólo tomar sino también dar, estoy ansiosa por participar de la política activamente”, dice en su página. “No sé todavía cómo será mi camino en la política, desde fundar un partido a convertirme en el próximo canciller, todo es posible”.

Para entenderse con el resto del mundo, la joven tenista no va a tener grandes problemas: además de manejar su idioma madre, el alemán, habla francés, inglés y serbio. Y cómo con eso no le basta, toma clases de español: lo comprende a la perfección, pero todavía debe aprender a hablarlo y mejorar la pronunciación. En eso trabaja con su amiga y colega, la española Anabel Medina, con quien además graba las lecciones y las sube a Internet (sí, esos videos también tuvieron gran éxito en la web). Con la mirada fija en la cámara y absoluta solemnidad, Andrea dispara una serie de “fráses célebres” de poco calibre intelectual pero que se interpretan a la perfección. Divertida, simpática y querida por sus colegas. Intelectual, políglota y comprometida. Es claro, Petkovic no tiene techo, y si bien no es la número uno del ranking mundial, fuera de las canchas no hay quien le gane. Game, set, Match para Andrea Petkovic.

 

Fuente Perfil