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Piden justicia por la muerte de la deportista tucumana Jessica Dumont

Luego del suicidio de Jessica Dumont, una joven deportista tucumana que habría sido incitada al suicidio por su propio padre se conocieron detalles escalofriantes de su vida. Un grupo de amigos busca que el padre de la chica vaya preso.

Había representado a Tucumán en torneos internacionales de taekwondo. Sin embargo, a raíz de los abusos y maltrato de su padre, puso fin a su vida a los 17 años, según denunciaron

La joven asistía al colegio San José de Calasanz y era cinturón negro en taekwondo. Incluso había representado a los seleccionados de la Federación Tucumana y obtenido numerosas medallas en torneos nacionales e internacionales. Tenía muchos amigos, e incluso tenía novio.

Su madre la describe como una muchacha alegre y sana. Sin embargo la relación con su padre, Roberto Marcelo Dumont, nunca fue del todo buena, y en enero de 2009, a raíz de un problema familiar, se había agravado.

En julio del mismo año Celine se encontraba fuera de la Provincia y Jessica asistió con unas amigas a un cumpleaños. Luego, fue a casa de otra amiga, donde se quedó dormida. Al día siguiente su padre notó su ausencia cerca del mediodía, y fue a buscarla.

Según el relato de Celine, Dumont ingresó por la fuerza en la casa donde se hallaba Jessica y fue directamente a buscarla. Antes de que la joven pudiera levantarse, Dumont comenzó a golpearla en la cabeza y a insultarla.

En ese momento, otras personas que se hallaban en el lugar, sin saber que se trataba de su propio padre, la defendieron, por lo que recibieron también golpes. Dumont, como su hija, era taekwondista.

Los vecinos entonces llamaron a la policía, alarmados por la violencia de la situación. Cuando los oficiales llegaron, Jessica presentaba hematomas y se encontraba muy golpeada. Aún así, a pedido de Dumont, fue arrestada, esposada y subida a un patrullero junto al joven que había intentado defenderla.

El tormento de la adolescente no acabó allí. En diálogo con su madre, Celine, explica “Estando mi hija en la comisaría, su padre pidió a los gritos que se le practicaran una pericia ginecológica, en presencia de él. Creo que eso fue lo más humillante, un padre exigiendo ver las partes íntimas de su hija.” Sin embargo, en la comisaría accedieron y ordenaron el examen.

Finalmente la pericia no se llevó cabo. Jessica fue trasladada a un hospital de donde su abuela materna la retiró. Antes de ser trasladada a la comisaria le había dicho a una amiga “Por esa mierda me voy a matar” en referencia a su padre.

Cuando Jessica llegó a casa de su abuela fue a descansar al cuarto. Golpeada y humillada, se contactó vía chat con una amiga. A ella le confesó que se sentía humillada y ultrajada, sin dignidad, que estaba muy golpeada y que “se moría de la vergüenza”, según relata su madre. Jessica concluyó el chat diciéndole a su amiga que se hallaba en un séptimo piso, y que no veía otra alternativa que arrojarse al vacío o dispararse con un arma que sabía había en el lugar.

Instantes después, desde la cocina, sus familiares sintieron un estampido. Cuando fueron a verla, la joven se había disparado.

Fue despedida con profundo dolor por sus amigos taekwondistas tucumanos y de otras provincias, que formaron un cordón vestidos de dobok y brindaron su último aplauso a la joven deportista, y los medios se hicieron eco de su partida, ya que era una deportista destacada.

Dos meses después, su madre recibió una noticia aún más dolorosa: Jessica había contado antes de morir a tres personas que su propio padre había abusado de ella.

Su padre fue acusado por homicidio preterintencional agravado por el vínculo más abuso sexual, y su madre, abuela, y demás familiares y amigos comenzaron una campaña en pedido de justicia por Jessica.

Formaron en Facebook un grupo llamado “Justicia para Jessica Dumont”, que fue sumando adherentes, en el que se recuerda permanentemente a la joven y se denuncia que su padre, presunto incitador de su suicidio, continúa libre. Todos confían en la Justicia, pero no cesan en su reclamo.

En estos tiempos Celine, que se convirtió en querellante, sufrió amenazas y agresiones. Por ello, sobre Dumont pesa una restricción para no acercarse a 100 metros a su propia familia. Sin embargo, apoyada incondicionalmente por su madre, por el Consulado de Francia y por los amigos de Jessica, no bajó los brazos. Nunca eleva la voz, ni protagoniza escándalos. Silenciosamente, pero con firmeza, persiste todos los días en su pedido de que Roberto Marcelo Dumont sea condenado por haberla incitado al suicidio.

Esta semana se supo que el propio Fiscal de la Causa, Guillermo Herrera, solicitó el sobreseimiento del imputado. Al respecto, el abogado de Celine, Diego Lammoglia, expresó a que “Consideramos que la valoración de la prueba es arbitraria en perjuicio de la víctima, es un requerimiento ajeno a toda la perspectiva de género y violencia familiar, que el tratamiento de una causa de esta índole requería”

El abogado agregó que “Lo que pretendemos es que se revele la verdad en un juicio, y este requerimiento nos está privando de la posibilidad de tener un juicio justo.”

Jessica era joven, hermosa, y una persona llena de vida. Su madre la describe como alguien muy cariñosa y muy humilde, a pesar de ser una referente importante en el medio deportivo.

Jamás había mostrado señales de depresión, por el contrario, era muy activa y exitosa en su pasión: el taekwondo.

Tenía muchos amigos y una relación sentimental que la hacía feliz. Sin embargo, en plena adolescencia, sufrió situaciones que la llevaron a pensar que no había otra salida y tomó la peor decisión. “Jessica no va a volver”, sostiene su madre “pero necesito que se haga justicia. Por su memoria”

Fuente: Semanario de Tucumán, Edición Impresa.